Inventando el arroz con leche

miércoles, 10 de octubre de 2012

Una cara independiente

Muas muas queriditas todas que habreis (espero) sufrido como perracas en mi ausencia; habeis de saber en primer lugar que ello ha sido debido a motivos varios, a saber, me he estado haciendo un repaso de chapa-y-pintura que ríete tu de tu estilo a juicio, y además, seguidoras mías he decidido ampliar mi fuente de ingresos mi generosisisisisisíma labor social orientando mis sabios consejos a cuentitos con moraleja que os orientaran oh descarriadas, y os ayudarán a ser las esposas que siempre siempre siempre habíais soñado.

Aqui os deleito con el resumen de mi pedagógico y maravilloso cuento:



Antonia de Graná es una esposa que siempre se porta muy mal. Cuando su Pepe llega del trabajo, a menudo la encuentra sentada tan tranquila en el sofá en lugar de estar sacando brillo a los cristales con papel de periódico y amoniaco, o, lo que es peor, leyendo. Pepe le da dos cachetes cada vez que hace algo malo. Un día la cara de Antonia de Graná se harta de recibir tantos cachetes y se marcha mientras Antonia duerme. Ahora Antonia no puede pedir cuarto y mitad de choped en la parada del mercado, ni hablar con las vecinas, ni tomarse un cortado a media mañana,  porque ya no tiene cara. Finalmente, Antonia le pide a la cara que vuelva y le promete que a partir de ahora se va a portar muy bien. Así que la cara vuelve y Antonia de Graná se convierte en una esposa muy buena.

2 comentarios:

  1. Querida Paste (si me permites llamarte Paste, que entre divas hay confi):

    Estoy muy orgullosa de ti y de que tengas tantas miras empresariales, digo, solidarias, y seas capaz de tocar tantos palos (y darlos si es preciso a hippiosas como la Pelos). Tu nueva perla literaria es digna de ser estudiada por todas las generaciones que en el mundo serán. Su utilidad es incuestionable.

    Besos rendidos a tus perfectamente arreglados pies,
    Lady Vaga.

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  2. Dra. Pastelina,
    pues el viernes pasado, durmiendo en otra casa, me encontré- casualidades de la vida- a este librito en cuestión en la estantería de la habitación donde dormí y me quedé a cuadras. Porque lo peor no es el texto, sino las ilustraciones. increíble. Como si fuera un libro de los años 50, y resulta que es muy reciente. Todavía no entiendo como una editorial puede sacar algo así.

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